Declaración sobre Sentencia Pendiente del Tribunal Supremo













Esta semana, se filtró a la prensa un documento preliminar sobre el fallo de la corte sobre el tema del aborto. El presidente del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, John Roberts, denominó esta acción como abuso de confianza. Si el resultado del documento preliminar sigue siendo el mismo, revocará la decisión Roe vs. Wade que legalizó el aborto en los Estados Unidos en 1973 . Si bien esto podría verse como una tremenda victoria para el movimiento Pro-Vida, también genera potencialmente una mayor división en nuestra sociedad civil. Cabe hacer notar, que los defensores proaborto no han reconocido el acto irresponsable de filtrar este documento preliminar al público.  Esta acción es una completa vergüenza para la persona o las personas que han roto su respeto por el cargo y los jueces.

Ciertamente, como católicos, estamos a favor de la vida y hemos continuado durante casi cincuenta años respaldando la anulación de este trágico fallo. El fallo potencial no haría que el aborto sea ilegal, sino que entregará estas decisiones a los estados, una idea que incluso un juez proabortista anterior calificó como el fallo adecuado que debería haber sucedido con la decisión original.

Como católicos, debemos seguir respaldando el respeto a la dignidad de la vida en todas sus formas. Trabajar para poder abolir el aborto y otras acciones que atentan con la dignidad del ser humano tal como la pena de muerte, suicidio asistido, la eutanasia, mostrando así respeto y dignidad a todas las personas independientemente de su raza, país de origen o religión.

La efusión de ira y comentarios de odio por parte de los defensores del derecho a decidir contra quienes están a favor de la vida, incluso contra la Iglesia, es inaceptable y una ofensa contra la dignidad humana y la libertad de religión garantizada en la Constitución. Igualmente ofensivos, serían aquellos que afirman ser provida y, sin embargo, respaldan palabras y tácticas de odio similares. Como católicos, estamos llamados a promover la paz y la justicia, la dignidad y el respeto de todas las personas, incluso aquellas cuyas opiniones puedan ser contrarias a las nuestras. Ruego que nuestro enfoque en el tema del aborto no haga que nos ciegue la difícil situación de tantas otras injusticias que nos rodean.

El Arzobispo Hartmayer ha declarado que nosotros, como católicos, consideremos como podemos trabajar para respaldar el respeto de la vida en nuestros diversos ministerios. Que nos esforcemos por promover la paz y la armonía en la sociedad. También debemos orar por nuestros líderes políticos, algunos de los cuales dicen ser católicos, pero rechazan la enseñanza de la Iglesia sobre el respeto de la vida en el seno materno. Por eso, necesitan de nuestras oraciones y que se les recuerde la fe que profesan, una fe que es incompatible con quitar la vida inocente en el seno materno.  No se puede ser católico y proaborto. Que el Señor nos mantenga en su mano mientras luchamos contra esta terrible maldad en la sociedad.